Por: Elisa Parejo Vadillo (Diretora del Área de Operaciones y Procesos de TreeOE), 2018/10/03

Hoy nos hemos levantado con el presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, @Antonio Garamendi, afirmando que obligar por ley a que haya cuotas de mujeres en los consejos podría perjudicar la competitividad de las empresas.

Mi trabajo consiste en asesorar empresas y emprender caminos para llevarlas a la senda de la competitividad, en palabras más simples hacerlas más rentables y sostenibles en el tiempo.

De mi bagaje empresarial he aprendido que nuestro tejido empresarial tiene de media un tamaño pequeño, con márgenes de beneficio muy ajustados, y las mujeres ocupan los puestos de base de la cadena productiva, siendo su presencia cada vez más escasa en la pirámide jerárquica a medida que se asciende en ella.

Las empresas españolas son poco competitivas, siendo su base salarial media inferior a la media Europea, por detrás de Italia, Francia, Reino Unido, Finlandia, Dinamarca…

Tenemos un modelo productivo basado en la competencia en costes, es un modelo que hace aguas frente al gigante asiático.

Para competir hoy, sólo el coste no basta, se requiere hacer las cosas mejor, diferencial-mente mejor, innovar el producto o el servicio que se ofrece,  e innovar en las formas de hacer ese trabajo dentro, para ofrecer una relación coste-beneficio al cliente, lo suficientemente atractiva como para que decidan ofrecerte la oportunidad de ser su proveedor.

Hace falta potenciar la inversión en I+D+i, y dotar a las empresas de facilidades para la externalización, herramietnas para la mejora de la productividad, incrementar la formación y el conocimiento empresarial, e introducirlas en la digitalización….y entrenar a los equipos para que sean los mejores.

En @TreeOE cada día ayudamos a nuestros clientes a gestionarse mejor, a aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales para mejorar sus procedimientos operativos internos , entrenando a las personas y conformando equipos de trabajo para que sean los mejores, y con ello incrementar en saldo positivo su cuenta de resultados.

Y en todo este tiempo he aprendido que valía personal y profesional, no tiene sexo y tampoco la productividad, la innovación, la calidad o la competitividad aunque todas sean femenino singular.